La devoción de la espera
es la sangre de mis venas,
es vista de primavera,
es extinción de mis penas.
La sombra de mis pestañas
se dirige a todos lados.
Me pregunto si me extrañas,
si recordarás mis labios.
Si escucho una dulce voz,
siempre pienso que es la tuya.
Lo dulce se vuelve atroz
si no eres tú quien me arrulla.
Espero. Espero y espero.
Espero por tu regreso.
Cada día que pasa quiero
poderte tejer mi beso.
Y si vuelves y me muero
con sólo ver tu mirada,
sabe que siempre te espero,
marinera enamorada.
Espero. Espero y espero.
Espero poder vivir
diciéndote que te quiero,
que te amo y no morir.
Glauco
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