Me encuentro entre las calles y la gente.
Entre hambre y desconsuelo y abandono
con mi mirada todo lo perdono,
mirada de cariño persistente.
Ahí en la soledad la compañía
es búsqueda que nunca discrimina,
puedo ir al lado con el que camina,
sentarme, odiar y amar en agonía.
No entiendo de este mundo lo que veo.
Lo que no veo despierta mis instintos;
mirar y no mirar no son distintos.
En calle y soledad yo soy el reo
de ser igual pateado-acariciado.
Un gusto, soy el perro abandonado.
Glauco
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