Somos la potencia, trabajo divino,
pedazos de cielo, botellas de vino.
Somos huellas sobre polvo del camino,
esperanza y ocio, fervor y cariño
y cuando nacemos, nace lo divino.
Somos la riqueza oculta en los pobres,
en el pobre mundo y en los pobres hombres.
Somos el esclavo, somos el soporte,
somos los barqueros en el Aqueronte,
somos la aporía de ricos y pobres.
Somos herramientas del mundo, olvidadas
en un viejo banco de una vieja casa.
Somos la tormenta que nunca se acaba,
somos la memoria que pasa y no pasa
entre las eternas cosas olvidadas.
Glauco
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