El
error anda junto a la vergüenza
y
cuando ella se queda él no se va;
al
error hace falta erradicar,
sin
error en el mal ya no se piensa.
No hay por qué equivocarse, no hay
manera
de
que el hombre se oculte de sí mismo,
hace
falta volar sobre el abismo
para
que lo que hiere ya no hiera.
Sin embargo, no hay nada en este
mundo
que
perpetue el error en nuestra vida,
sin
error no se curará la herida.
Hace falta mirar en lo profundo
donde el ansia de bien llega y comienza:
en
brazos del anhelo y la vergüenza.
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