Soy un cristiano inconfeso,
de esos que viven de prisa,
de esos que no van a misa,
de los que piden receso
cuando en este mundo leso
también reciben lesión.
Se abrasa en mi corazón
la misma idea del cristiano
de ver al prójimo hermano
y siempre buscar perdón.
Veo virtud en la humildad
y pecado en el orgullo.
De las tentaciones huyo,
mas voy a la tempestad
del ego y la caridad.
Persigo que no haya males
pues no somos animales
y al mismo tiempo hago el mal.
Parece más natural
que no somos tan iguales.
Por eso soy un cristiano
que no lo sabe y que ignora;
que no sabe por qué llora
cuando mira que otro humano
busca y no recibe mano.
Vivo en este mundo en giros
entre rezos y suspiros
buscando algo que no sé,
quizá es lo que llaman fe,
para extender mis respiros.
Glauco
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