Llevo mi precioso en mente
como único pensamiento.
Cada soplo de mi aliento
es ansioso pretendiente
del amo-anillo regente.
Algunas veces mi voz
adquiere un tono feroz
y otras un tono leal.
Soy un ilustre animal
que un día fue uno y no dos.
Perdido entre los anhelos
del precioso yo pretendo
amarlo pero no entiendo
cómo distinguen los cielos
entre el amor y los celos.
El precioso es mi castigo,
es fuego que no da abrigo.
Yo soy su esclavo total,
soy un ser original,
otrora llamado Smeagol.
Glauco
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