No sé por qué te esperas para hablarme
si te conozco y sé que siempre quieres
hablar de mí, conmigo, y aliviarme
la herida del silencio que me hiere.
Quizá sigues buscando en el silencio
la forma de decirme sin herirme
tu amor, tu enojo, tu alba y tu comienzo,
y con tu amor arrullarme y dormirme.
No sé por qué para hablarme te esperas,
no sé y quiero saber quiero entenderte.
Quiero que siempre me ames y me quieras
y nunca, nunca, me dejes sin verte.
Buscando en el silencio quizá sigues
y tal vez seguirás con lo que buscas.
Te miro y sé que vivo porque vives,
mas tu silencio, a veces, me asusta.
Glauco
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