Te miro allí sentada, pacífica y contenta,
sin nada de violenta y toda enamorada.
En tu dulce mirada se ve que estás atenta
al sol que te calienta mientras estás sentada.
Con nuestra niña en brazos pareces el vigía
de un faro que hace día la noche de tus pasos.
De besos y de abrazos, de sueños y alegría,
se viste tu valía con nuestra niña en brazos.
Te miro y siempre miro amor enamorado
de todo lo mirado, del viento y del respiro.
Tu vida ha dado un giro a todo lo mirado.
Estoy enamorado. Te miro y siempre miro.
Con nuestra niña llena de sueños y esperanza
se inclina la balanza a la vida serena.
En tu mirada buena se mira la alabanza
que canta la esperanza con nuestra niña llena.
Glauco
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