Hazle a mi llanto una casa,
no grande, sí acogedora,
que haga sentir a quien llora
que la pena siempre pasa.
Hazle a mi llanto un camino,
no largo, si disfrutable,
un camino que me hable
de que acaba el desatino.
Hazle a mi llanto una fuente
de donde pueda beber
y bañarse en tu querer.
Hazle a mi llanto un latente
cariño que vaya al cielo
y le llene de consuelo.
Glauco
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