De la mítica voz de lo incesante
surgen la voluntad y la potencia.
La potencia de ser potente esencia;
voluntad de poder del aspirante.
¿Qué se quiere que no sea ya querido
por las mórbidas fuerzas de las masas?
Me imagino se quieren propias brasas
que provoquen, del mundo, el estallido.
Y si acaso no estalla en mil pedazos
ese mundo, que estalle el corazón
en quietud, en combates y en abrazos,
arrancando de sí la confusión.
Tantos hombres caminan tantos pasos
sin saber del poder de volición.
Glauco
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