Hay ramas que no sostienen
ni las hojas ni los nidos;
hay lobos que en sus aullidos
alto volumen no tienen;
aves que del sur no vienen;
hay aguas que no humedecen
y hay maizales que no crecen;
hay un débil vagabundo.
De todo hay en este mundo
y esos todos palidecen.
No hay potencia ni energía
que no nos lleve a la muerte.
La vida es un deseo inerte
que reposa en la agonía
de los monjes de abadía.
Todo merma, todo va
de la pura voluntad
a la vil sobrevivencia,
allí radica la esencia
de la ingrata enfermedad.
Glauco
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