De almendras y de avellanas
está repleta mi hambre,
almendras en la mañana,
avellanas por la tarde.
Las almendras dan comienzo
a las preguntas del día.
Las avellanas dan fuego
a la tarde en agonía.
De almendras y de avellanas
es el hambre de saber.
El hambre nunca se calma,
nunca sabe que ya sé.
Glauco
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