Cuando enciendes el foco
sin duda me vuelvo loco,
me atraviesa la vergüenza
de que veas mi carne inmensa.
Luego recuerdo el calor
de tus palabras de amor
y la vergüenza se marcha.
Besos, caricias: escarcha
de la fuente luminosa
que se describe labiosa.
Entiendo la sensación.
No se apena el corazón
y cuando enciendes el foco
sin duda me vuelvo loco.
Glauco
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