La voz de la razón es más de perro
que de razón cuando se sabe cierta.
Un ánimo salvaje se despierta
pa' corregir y deshacer el yerro.
La voz de la razón no es más que un cerro
lejano y solitario. No está abierta
la voz de la razón a ser experta,
por eso la razón causa el encierro.
¡Y qué si hay que saber lo que se sabe:
los ritos, los procesos, las tecnícas,
las éticas, lo cables, las canicas,
los cayos, los rodillos y las aves!
¡Y qué si no se sabe lo sabido,
si ya nuestro saber es el olvido!
Glauco
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