El engaño del que mira
es el engaño nombrado
por la boca que suspira
a su ojo, pintor arcaico.
Mira el cielo el ojo verde
y el cielo no dice nada,
en el cielo algo se pierde
del que lo mira y no habla.
Habla suave el mentiroso
y condena al sufrimiento
al ojo triste y lloroso
que no mira aunque esté abierto.
La boca sumerge al ojo
en la inútil borrachera,
hace del ojo un rastrojo
que mira pero no piensa
La vista pierde sentido
cuando la verdad se calla.
No importa cuánto has querido
vencer, pierdes la batalla.
El engaño no es un acto,
es inútil pensamiento,
es hiel que mata al contacto
al que, de antes, ya había muerto.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario