Estoy perdido en el eterno hoy
de la nostalgia frágil y el anhelo
de ser lo que sería pero no soy,
aquello que un día fui. Tras este velo
cabalga mi esperanza, yo me voy
tan sólo en mi mirada contra el cielo.
Somos prisión de un tiempo lastimoso,
presos de un libro y de un café lluvioso.
Estamos sin mañana y sin destino,
sin drama, sin sentir y sin fortuna.
Estamos amarrados al camino
que nunca avanzará: arena y duna.
Rogamos al saber del adivino
que traiga del ayer brillo de luna.
Soy el inaccesible de la vida,
un ser sin porvenir que nunca olvida.
Glauco
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