Alguna vez me vi frente a la historia
del sabio antiguo que miraba al cielo
y se cayó por no entender su anhelo,
por no saber el cielo de memoria.
Ansiaba Tales comprender la gloria.
Ahí en el agua se encontró el desvelo,
la cuita, la alegría, encontró el alelo
de todo origen (giro de la noria).
Mirando al cielo todos nos caemos.
No hay nadie que se escape de lo abstracto.
Triste es andarse lejos del contacto
porque sin él, la realidad, no vemos.
Quisiera que abrazáramos a Tales,
decir que tú, él y yo somos iguales.
Glauco
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