Amar al mar a mares y a martirios
es dar los dados, dividir destinos.
Marcharse es marca propia de marinos
del duelo del Danubio y sus delirios.
Enmarañado el duelo, enmarañado
el viento que a babor mueve las velas,
enmarañado el mar en las propelas,
enmarañado aquel que se ha mareado.
Todo es amar, hasta lo más amargo
del viento amarillento del aliento;
todo es amar a más cada momento.
Amargo es el amar, ése es su cargo,
por eso el marinero todo olvida
debajo del Danubio y de la vida.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario