Solemos viajar por todos lados:
las calles, los palacios, el amor;
solemos caminar equivocados
pensando que el cielo es el calor
porque algo tiene el sol que entre sus rayos
las nubes nos dibujan una flor.
Andamos tras los precios de la vida
y lloramos porque todo es caro:
dormir, comer, llegar a la salida;
Dios padre me parece avaro.
Es un encuentro entre tierra y saliva
que le impone su valor al barro.
Viramos en los labios de la gente,
en calles y en recodos y en las venas.
Nos vemos como fuego incandescente
que convierte en cristales las arenas.
Andamos los senderos de la muerte
sin mirar a través de las almenas.
Entre el coraje y la melancolía
todo se vuelve amor, todo se acaba.
El mar no sabe lo que antes sabía:
adónde va y por dónde pasaba.
Solemos transitar por alegría,
las calles, los palacios y la cava.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario