me enteré de que existe el movimiento
en todo lo que a mí te trae: el viento
entonando canciones,
espuma de oraciones,
raciones de recuerdos,
dosis del corazón tuyo en mi boca…
Ocaso liberándose en mi roca.
Miro caer en mí tu ser ardiente.
En el mar solamente
lamenté que también el calendario
da río de movimiento a lo existente.
Ten ternura, ten todo lo que tengo;
ten gotas del Sagrario
agrario… en todo vengo:
en goce por tu mar fiel y caliente.
Glauco
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