un signo vale igual que muchos signos.
No hay letras, números, puntos, más dignos
que no pase por la mente.
La palabra está caliente
(fragmentos en eterno movimiento);
calor interno por cada fragmento:
la palabra incandescente.
A veces mucho y otras veces poco,
se da aquello que se puede.
La vida misma a la palabra agrede,
así, sin más, es este mundo loco.
No hay nada que no sea dado
por el bellísimo significado.
Glauco
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