el canto de los nogales,
la mañana con su traje
de bayas y manantiales,
estupor, paja y ladrillos,
los besos desmesurados
de estructuras y tornillos,
roedores desventurados…
Todo está allí para verse.
Todo está realmente vivo.
Solamente hay que volverse
paloma y rama de olivo.
Glauco
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