se siente falsa en labios de los hombres;
no hay hielos, uvas, tónicos ni nombres
que enuncien en su ser esa verdad.
Es una insinuación simple e interna
aquella que en el logos ve la vida,
nos viene esa verdad como estampida
de tiempo, se nos va la vida eterna.
¿Cómo habremos de asir eso, lo eterno?
¿Cómo y de qué manera el pan y el vino
nos brindan la certeza de un destino
sin muerte ni osamenta y sin infierno?
Hay un problema humano eternamente:
su ser no alcanza a ser Ser Trascendente.
Glauco
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