labran heridas
candentes,
todas realmente sufridas,
todas dolientes,
vividas.
Le roban al corazón
viento sereno;
ciclón
es el soplo de un veneno:
la perdición…
Lo bueno.
Somos un ramo vacío,
un pie sin alzar el vuelo.
Somos un muerto sin velo
que no se muere de frío.
Somos estanque sin río,
un pedigüeño de amor.
Somos mundo sin color.
Somos un fuego ancestral
revelando lo feral
de eso que llaman rencor.
Glauco
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