Hoy
ha vibrado mi cabeza, creo que, con más fuerza que los otros días, tanto que me
he levantado a velocidad supersónica. Un día como cualquier otro, al asomarme
por la ventana, se deja ver: cielo, sol, asfalto, gente pobre yendo a sus
trabajos. Media vuelta a ver la otra ventana y todos listos para sus labores,
ya sea gimnasio, ya sea trabajo –es impresionante cómo hay más gente en una
ventana que en otra.
Afortunadamente ya no tendemos camas
en estos días. Mi abuelo me contó que en sus tiempos a la hora de levantarse
debían ir a comer, creo le decían desayuno, asearse, y cubrir sus camas con
mantas antes de salir a cumplir sus pendientes, sí, lo que oyeron: ¡cubrir sus
camas con mantas! Y bueno, como ya no tendemos camas, yo me hube dispuesto a
romper el envoltorio de mi nutritivo desayuno –nada como un poco de calorías
para dar sentido al día: hay que bajarlas. Mientras comía, vi por la ventana
que nuevamente habría manifestaciones en nuestra amada Gran México: unos
pederastas que exigen el derecho de sus preferencias sexuales; unos cuantos
feos que demandan no más discriminación por parte del sector convagina de este
país; y por último los derechistas que sufren de bullying a nivel nacional. ¡Qué fastidio sería ir al trabajo el día
de hoy!
El saber de las marchas me puso tan
mal que no me dieron ganas de acicalarme, por lo tanto salí con dos horas de
anticipación. El transporte es un asco: subir al segundo piso del Metro es cada
día más difícil, y más desde que debemos viajar encapsulados. Además las escaleras
hoy estaban desafinadas. Pero bueno, pude subir al fin: dos sinvagina se
demostraban deseo tocando sus no-vaginas a la vista de todos y los demás,
expectantes, buscaban la mejor toma. Yo no quise quedarme atrás.
Lamentablemente mi software estaba
atrofiado –esto explica porque me vibró de más la cabeza por la mañana. Me tuve
que limitar a ese primitivo acto de observar.
Observar es un acto tan ingrato con
el observador que no me cabe duda que por eso la gente cierra los ojos para
rezar, pues de tenerlos abiertos seguramente morirían de aburrimiento al ver lo
que hacen. De pronto voltee y un convagina me invitaba insistente a morder de
su alimento; era un alimento naturista: pie
de mierda, me parece. Nunca me ha gustado la mierda. Sé que hay quien la come,
pero yo no soy de esos; prefiero los bistecs marinados con saliva. Cómo no
quise comer de ese pie, el tipo aquel
se puso a llorar desconsolado. Todavía no logro saber por qué alguien llora.
Después de tanto ver cómo la mierda
se diluía con su saliva, por tanto sollozar, pude, finalmente, bajar del
transporte y caminé hacia mi oficina. ¡Un día más de exitosa labor de
estudiado!
Creo que mi aroma no era el mismo
hoy, ya que nadie volteó ardiente de deseos esperando que dejara al descubierto
mi no-vagina. En mi silla, como siempre, los rastros del semen del intendente
que se había enmarañado con el jefe del sector 1-a-izq-cubículo 53. No me
importó, yo sabía que con él jamás podría hacer un trío. Es un anticuado,
todavía cree que los sinvagina deben llenar sus entrañas. Tomé mi puesto y
comencé a realizar esta dificultosa tarea. En verdad no sé qué haría el mundo
sin gente como yo. De cualquier forma pronto saldría de trabajar.
Al salir, regresé a casa de la misma
forma en la que llegué, mi novio me esperaba con sentenciosa mirada. Se había
enterado de que hoy no me acicalé. No sé ni cómo lo haría si me encargué de
cerrar mi ventana. Creo que nuestras nubes ahora andan por el mismo cielope. El
chiste es que como aquel me esperaba lo único que se me ocurrió hacer fue darle
un beso en contra de la ley. Él no se dejó y me instó a retirarme. Me retiré y
fui a casa de un valeroso amigo: ha matado más guerreros, coleccionado más
armas, obtenido más medallas y desbloqueado otros mundos.
En casa de mi amigo, su ascendente,
de la edad de mi preascendente, armaba los restos del desorden ocasionado por
Trunks una noche antes en la fiesta con sus amistades. Yo, como no me gusta
causar molestias, a lo único que me dediqué fue a levantar los pies. Un momento
después partí para mi casa.
Llegando a casa mi hermoso hermano
me besa con vehemencia y mueve su cola, con el deseo de ser más y más amado por
mí. ¡Qué satisfacción el haber aprendido lenguaje de perros, nos abrió a un
mundo de consciencia!
Como soy consciente, no me queda más que decir que mis días
no son tan interesantes como hoy. Casi siempre sueño con ir a la premier de Iron Man 46. Mañana será otro día.
Mañana espero no estar lleno de notificaciones, es bien feo tener la frente
roja por esta razón. Ahora es momento de dormir, porque pronosticaron para
mañana una marcha de perros peleando por los derechos de las pulgas.
Talio
Maltratando a la musa
Un sentido de maternidad
Al
salir la luz se escucha entre tanto
Bullicio,
desorden y mucha prisa,
De un
lado a las que se envuelven en risa
Y del
otro a los que vienen en llanto.
Previó
a reír lloraron estos seres,
Derramando
sus lágrimas en aquel
Hombre
nuevo que, cuando vino a ser,
Las envolvió
en los prístinos placeres.
Le
enseñarán toda la vida a reír
Y a
saber que también es bueno llorar;
Que en
estas dos cosas consiste el vivir.
Así
él sabrá que cuando no pueda más
Y se
le oscurezca la vida feliz
Podrá
volver a los brazos de mamá.
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