Perder la realidad es
la consecuencia inmediata de quien no se conoce ¿qué quiero decir con tal
sentencia? Podrían considerarse estas palabras como pretenciosas o,
provenientes de alguien con tal cualidad. Sin embargo, la intención es
describir un poco lo que ocurre en el entorno. Explicaré con mayor claridad a
lo que quiero llegar. En esta víspera de semana
santa en mi localidad se acostumbra representar algunos pasajes bíblicos de
lo que fue la vida del Cristo. Tradición que, hasta poco comprendí se trata del
resultado de la mayor de las hipocresías. Entre túnicas, vestidos y mantos de
colores estridentes y, molestos a la vista, se adornan las calles.
¿A caso no se dan
cuenta de lo que hacen? ¿No son conscientes de que vestirse así es meramente
ridiculizarse y mofarse de ellos mismos? Y me refiero al ridículo en el sentido
en que quienes osan en adoptar tal papel son personas que solamente buscan
atraer la atención. Es decir, su mayor
preocupación es cuidar de sus vicios. Exponerse como personas rectas y de
moral intachable. Dar la impresión de que son dignos de portar tales vestidos
y, al hacerlo todos sus actos corruptos son justificados. Creen ciegamente
tener la admiración y el reconocimiento de los espectadores. Y por ello,
defienden tan arraigada tradición.
La realidad dista
mucho de su falsa concepción. Caracterizarse y vestirse de esa manera es una
mofa de ellos mismos. Me parece que es preferible que cuiden de sus familias,
que se responsabilicen de sus actos y, se preocupen por asuntos más importantes
como, su propia salud y la de sus hijos o familiares. Refiriéndome a la salud
como aquella exenta de vicios. Pues ya que al descuidar de ella la consecuencia
inmediata es perder la realidad, subyaciendo que todo sea corrompido y sin
ningún sentido. De manera que esta supuesta tradición se trata de un absurdo,
una hipocresía, una falsedad.
Han vestido a su
corrupta vida con túnicas estridentes, han perdido el suelo que pisan creyendo
que lo que hacen está bien. Y no obstante, osan en definirse como personas
doctas y estudiosas: escudándose bajo la cualidad de decir que son
universitarios y por ello, hipócritamente gritan que solamente ellos saben y
son dignos de “mantener la tradición”.
¿Cuál tradición, de qué hablan? Esto no se trata de tradición sino de no
conocerse, de perder su realidad. Si fuesen lo que tanto predican de sí mismos
hicieran algo por esta localidad que se la está cargando el carajo. Realismo,
señores, realismo es lo que nos hace falta en lugar de andar payaseando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario