La figura triangular
se selló en la tuya:
corte tras corte, triángulo hay
creciendo hacia arriba.
No hay mañana, no hay ayer,
hay eternidad.
En el mausoleo
guardas esa postura
del mundo moderno
que olvidó el antiguo mundo;
vago amigo taciturno:
es eterno.
Hay unos jardines
colgando de tus hombros,
llevan tus caricias y tus golpes
atados, llenos de amores.
Dame un abrazo de flores,
dame un abrazo.
Tu mirar encima de todo
es un mirar olímpico,
rige en las altas mareas
truena como el rayo cantor.
Tus ojos llenos de amor
miran muy hermosamente.
Atrás del faro está
la luz que brilla,
que en verdad ilumina
mi escabroso camino.
Soy un audaz marino
qué mira hacia donde tú.
Ahora en mi sendero hay guerra,
y como el colosal sol
celebras que la he ganado,
la gané al reconocer
que siempre te quiero ver.
El coloso es tu mirada.
Al final está el templo,
es templo de la luna,
baila y caza por la vida.
La luna es útil y bella:
cual radiante centella
me ilumina.
Tras todas las vistas tú,
con perfección y grandeza,
sales y presumes
la emoción de verte,
la ambición de tenerte.
¡Qué maravilla!
Talio
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