Entre tantos versos te he buscado:
hablando de la nieve y de los pastos;
muy pocas de las veces te he encontrado
en la mirada de mis versos vastos.
He puesto versos míos en todos lados:
en las montañas y en las piernas tuyas;
los puse y por doquier los he dejado
para que de esos versos nunca huyas.
Te he puesto en mi mirada
aunque te muevas
y a veces no me dejes
darte nada.
Te he puesto en cada verso
de mi boca
que de a poco te evoca
y no te toca.
Encontré en estos versos otra forma
de grabarte en las cálidas miradas
de mis ojos que en escarcha se transforman,
de mi mente de tu belleza empapada.
En todos lados he roto las normas,
con tal de recrearte con mi boca
En ti hallé habilidad que se deforma
ante la ciencia de tu ser que es poca.
Te he puesto en mi discurso
para verte
y viéndote me ahogo
con mi gusto.
Te he puesto en mi mirada
para siempre,
y de ti siempre ha estado
enamorada.
Glauco
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