Siempre tomo mi guitarra
para acompañar mi voz,
pienso en mi pecho en tu cara
cuando nos hacemos dos.
Somos dos; y el dos es uno;
somos la suerte y destino
en el momento oportuno;
somos un mismo camino.
Caminamos de la mano,
compartimos el sudor,
compartimos el lejano
sueño del caminador.
El sueño sí es separado,
tú en tu alcoba y también yo.
Aunque en el sueño soñado
suena una sola canción.
La canción es una fiera
que nos toma con su garra,
me aconseja que te quiera y
te cante con mi guitarra.
Siempre tomo mi guitarra
y lanzo un canto feroz.
El aullido se dispara
cuando nos hacemos dos.
Somos dos, y el dos es uno…
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario