Mirándote a través de mi cristal,
salivo tu sabor y hago un océano,
no sé si es el sabor imaginado
o es el océano que me sabe a sal.
También oigo el oleaje de tu aliento
que va y que viene por tu boca abierta,
imaginándome tu piel cubierta
por tu sudor y por tu movimiento.
Te miro oculto tras de mis cortinas,
te agito en mis miradas de deseo,
te agito y miro y más te saboreo.
Saboreo tu sudor cuando caminas.
Siento un mar de sabores en la boca
que atrás de este cristal toda te toca.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario