Erosiona una tromba de ladridos
dentro de los oídos,
los pasos en zarpazos distorsiona
como la luz que de bomba detona.
Así el oído erosiona
bajo el escombro de ruido y sonido.
La síncopa es base del estallido,
del luminoso aullido,
que en medio de la pista posiciona
a una quimera en forma de persona
que araña y no razona
la relación del ritmo y el sonido.
Barritan los trombones y trompetas
tormentas de tresillos inmortales;
mil ruidos animales
destrozan los instintos materiales.
El ruido ruge, arrasa a los planetas
hacia un apocalipsis, un final.
Ya nada será igual
tras el trueno del sonido bestial.
Glauco
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