Vivimos de la suerte, el azar y la fortuna.
Leemos en las estrellas, los cometas y la luna
un mensaje amoroso que en su luz oportuna
nos demuestra una vida feliz como ninguna.
En la tierra la suerte es probabilidad.
No hay estrellas ni luna que nos puedan salvar
de una tumba segura. No nos libran del mal
de mirarnos lejanos sin podernos amar.
Todo en nuestros espacios es un sueño, un engaño.
Somos sólo un cometa a punto de hacer daño,
de volver nuestra esfera algún objeto extraño.
Seremos solitarios, pastores sin rebaño.
Seremos un evento astronómico raro.
De los hornos de fuego saldrá nuestro disparo
y entre aquella explosión el cielo será claro.
Sólo por un momento nuestra luz será un faro.
Inventemos la luz aunque sea por un rato.
Inventemos la luz y firmemos un trato:
tu luz será la mía y la mía será tuya
hasta que el mundo mismo termine y se destruya.
Inventemos la luz en este mundo oscuro.
Inventemos la luz en su estado más puro.
Inventemos la luz para el cielo seguro.
Inventemos la luz sin ayer ni futuro.
Glauco
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