Esta mañana el silencio
me ha regalado el sonido,
sin final y sin comienzo,
del canto de un pajarito.
Ese canto se hizo miles,
miles de notas y voces
apenitas perceptibles
entre la aurora y la noche.
Y con el silencio roto
por el canto de las aves,
me impresionó el cielo rojo
con sus rayos matinales.
Quiero que el canto me lleve
a conocer al cantante.
¿Será un canario silvestre
o un zorzal embelesante?
De pájaros no conozco
No sé distinguir jilguero
de gorrión o petirrojo,
pero, distinguirlos, quiero.
Quiero poder distinguir
cada voz de esa canción;
si canta al azul añil
o si canta al corazón.
Mas la vida va llegando
y con ella llega el ruido.
Es como se pierde el canto
y queda sólo el sonido.
Con el sonido la espera
se vuelve más cotidiana.
Oír una canción nueva
me hace esperar el mañana.
Glauco
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