Yo no sabría de amor sin el idioma
donde nace la cruz de lo que amo.
En esa antigua cruz es que lo exclamo
y en esa exclamación amor se asoma.
Yo no sabría mi nombre sin la lengua
y sin la lengua no tendría mi nombre.
Es por la lengua que me digo hombre
y por ser hombre es que mi hablar no mengua.
Mi idioma es la mitad de lo que siento
y es lo que entre mi mundo hace sentido
a todo lo que soy y que he vivido.
Mi lengua es la silueta de mi aliento
que dice flor y aparece la flor,
así como en "amor" está el amor.
Glauco
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