Duermen mis ansias de decir tu nombre
entre brasas ardientes de mi anhelo.
Por pronunciarte está mi boca en celo
y en estas ansias dejo de ser hombre.
Quisiera caminar por tus oídos
y ser el blanco fácil de tu boca.
Me duele esta obsesión que me provoca
a ser tu sueño, corazón dormido.
Anhelo tu perdón por ser constante
en el buscar tus ojos de atención
divina y natural del corazón.
Anhelo apaciguar mi ensueño amante
pero también anhelo tu querer,
tu voz y tu misterio de mujer.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario