¿De qué campo marchito ha surgido la espiga
que me da la esperanza de ver el campo lleno
como vi la pradera cuando fui niño bueno
y que me hace que espere ver crecer a su amiga?
No sé si es campo al norte o si es campo de oriente,
pero baña la espiga de una fuerza infinita
que convierten la espiga en dorada pepita
y la hacen volverse trigo de fuego ardiente.
El que siembra me dice que no puedo saberlo
por los medios del hombre que sólo ve en el fuego
una simple herramienta, y lo deja estar ciego.
Dice que sólo debo admirarlo y creerlo,
que ese campo marchito será campo verdeado
pues con aquella espiga el campo se ha llenado.
Glauco
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