está la inmóvil pared
y tú te paras enfrente
pensando que saber ver.
¿Qué miras cuando te miras?
¿Miras el follaje suave
de tu piel o tal vez ves
un campo yermo que arde?
Tus ojos afelinados
te revelan femenina,
son la fe y felicidad
de ver y su maravilla.
El camino de los vientos
de la vida traza en ti
un ángulo que refleja
la luz tras del organdí.
Hay un solar en tus labios
dando forma a tu expresión:
triste, alegre y enfadada,
palabrándole al vapor.
Y debajo está un pequeño
y resistente obelisco
sosteniendo tu belleza
seductora de felino.
Pero yo no sé qué miras,
si ves la tierra o el cielo
cuando te paras de frente
al inaccesible espejo.
Glauco
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