Presentación

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martes, 9 de febrero de 2016

Disfrázate de lector de periódicos


Recomendaba Chesterton (cito de memoria) que aquel que quisiera comenzar o mejorar su ejercicio literario, leyera los encabezados de los periódicos, sin leer el contenido, y que a partir de los títulos escribiera algo. El consejo de Chesterton nos obliga a aceptar varias cosas mientras se realiza o incluso antes de comenzar a hacer el ejercicio. La primera de ellas, y quizá más importante para cualquier hombre, es que se nos hace patente el alejamiento que tenemos con el mundo que vivimos, pues antes de comenzar a escribir bajo el precepto de Chesterton, una duda nos asalta ¿dónde conseguir el periódico? Es evidente que en un puesto de revistas, pero ¿dónde hay uno? Bueno, ya encontramos uno. Ahora, ¿cuál de todos los diarios he de elegir? Recuerdo que me recomendaron uno, pero… bueno, me llevo este periódico. Creí que maniobrar con las grandes hojas era fácil, mejor leo en casa, aquí todos ven mi torpeza. Ya en casa comienzan otras dudas, se muestran otras torpezas, ¿por dónde comenzar?, ¿cómo se divide un periódico?, ¿cualquier título? Quizá en medio venga algo importante. Se lee el encabezado, y no se nos ocurre nada, porque hace referencia a alguien que ni conocemos, ¿quién será, qué habrá hecho?, difícil escribir algo así, mejor otro título. Cuando por fin encontramos un título lo suficientemente vago como “¡De nuevo a la cárcel!” hay un cierto dejo de incomodidad (el que se queja es el espíritu de escritor: ‘¡No quiero ser un apocado!’) al escribir algo de eso, porque es muy amplio, se puede ir a la cárcel por muchos motivos. Además, si lo que se desea es mejorar escribiendo, cómo mejorar mi talento si sólo escribo de lo fácil. Quizá si leo el periódico sepa un poco más de qué puedo escribir, quizá así mi talento o al menos mis ganas de continuar aquí se reaviven, después de todo, un escritor también gusta de leer, ¿no?

Resulta que el consejo de Chesterton nos obliga a no hacer caso de su consejo. Pues siguiéndolo seguiremos ensimismados, sin saber nada, ni poder mejorar nada. Divagaremos mucho, sí, asunto importante para el artista novato, pero no para quien busca algo. Chesterton sigue dando consejos disfrazado de Domingo.


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