El alma es igual que el aire.
Con la luz se hace invisible,
perdiendo su honda negrura.
Sólo en las profundas noches
son visibles alma y aire.
¡Sólo en las noches profundas!
¡Qué se engrandezca tu alma,
pues quieren verla mis ojos!
Oscurece tu alma pura.
Déjame que sea tu noche,
que enturbie tu transparencia.
¡Déjame ver tu hermosura!
Manuel Altolaguirre
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