En todos los cantares está el trino
de la música blanca y armoniosa.
El canto, en el decir del adivino,
se vuelve una sentencia poderosa.
El canto de las aves del camino
convierte la naturaleza en prosa.
En todo canto hay canción y cantante,
y el canto pequeño es canto gigante.
En todos los sabores está el guiso
nutritivo que a todos quita el hambre.
El sabor, en el paladar preciso,
se vuelve eternidad para la sangre.
El sabor del fruto del paraíso
convierte los deseos en un enjambre.
En todo sabor hay pasión y hay razón,
y el sabor de boca sabe a corazón.
En todos los perfumes está el viento
que sopla en la nariz y en los pulmones.
El olor, en la nariz y el aliento,
se vuelve lluvia sin los nubarrones.
El olor de la tierra es muy violento,
convierte las montañas en terrones.
En todo olor hay rosa y hay jazmines,
y el olor nos acerca a los confines.
En todos los dibujos está el trazo
de un pincel que también escribe un verso.
El mirar, en los ojos da un abrazo,
se vuelve un sentimiento suave y terso. .
El mirar es la luz en un chispazo,
convierte la imagen en universo.
En todo mirar hay odio y hay amor,
y el mirar siempre hará el mundo mejor.
En todos los contactos está el duelo
de sentir texturas y sensaciones.
El tocar, en el fuego o en el hielo,
se vuelve comunión con las pasiones.
El tocar es acariciar el cielo,
convierte libertad en decisiones.
En todo tocar hay muerte y hay vida,
y el tocar curará cualquier herida.
En todo lo que es todo está la nada
del origen de todo el mundo entero.
El todo, en el amado y en la amada,
se vuelve el limón del limonero.
El todo es gota de agua y es cascada,
convierte en un gran héroe al limosnero.
En todo todo hay exceso y carencia,
y el todo es accidente y es esencia.
Glauco
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