Confieso que siento celos
de que otros te hablen bonito,
siento que no lo merecen
pues no han ganado tu oído.
Siento miedo de que vayas
a sus brazos por mi culpa,
que los dejes cortejarte
y con sus besos me suplas.
Siento rabia de que sientas
curiosidad por sus dichos,
pues aunque no me lo digas
todos sus dichos has visto.
Siento ternura al celarte
de las caricias del viento,
pues él sí puede sentirte
y sentir lo que no siento.
Siento angustia por perderte
por esta forma insensata
de acercarme a tu cariño
sin hacerle caso al mapa.
Siento dolor por la pena
que en tu rostro se dibuja,
cuando mis celos te digo,
tu tranquilidad se estruja.
Siento una fuente de llanto
brotar de lo más profundo
de mi alma, y me avergüenzo
de no tener fe en el mundo.
Siento un engaño en mi vista
cuando logro estar de acuerdo
con que no es contigo el lío,
es con la turba del pueblo.
Siento un golpe cuando noto
que sí es contigo el problema.
Tengo claro que es injusto
pues tú eres mi dama buena.
Confieso que siento celos
porque yo te necesito.
Tras de esa necesidad
hay sufrimiento infinito.
Perdóname por sentirlos,
malditos celos, malditos,
perdón por ser inmaduro.
En verdad te necesito.
Glauco
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