Todos miramos las cosas,
mas no todos explicamos
lo que al mirarlas miramos.
Explicaciones grandiosas,
que hasta parecen hermosas,
surgen de lo colectivo,
más allá del selectivo
exclusivo de la ciencia.
Emanan de la experiencia
de vida del hombre vivo.
Mira el hombre lo existente,
mira el hombre su reflejo.
La realidad es espejo
de la belleza latente,
y quien la mira no miente.
No miente porque no puede,
la realidad nunca cede
ante la inmunda mentira;
permite que quien la mira
con su mentira se quede.
Mira el hombre lo que existe
y lo convierte en un cuento,
que oculta tras de su aliento
razón y de ella se viste.
La metáfora le embiste
y cuenta la realidad
ocultando la verdad
para que pueda estar viva
en una historia pasiva
incansable de escuchar.
Generalmente se entiende
que poco el relato.
Menor valor tiene el dato,
pues la belleza no enciende;
la relación no comprende
entre verdad y belleza
por eso no se embelesa
y a los demás no enamora.
El conocimiento añora
verdad y delicadeza.
Glauco
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