Presentación

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domingo, 8 de enero de 2017

Breve meditación sobre la política



La política no sólo se trata de resultados, de efectos. Vivir políticamente implica actuar. Para actuar hay que pensar, no sólo desplazarse como un objeto de un punto a otro. Una acción no surge espontáneamente en el desierto, las acciones se realizan por lo que veamos resulta posible y vemos que es mejor hacer. Pero actuar de acuerdo a nuestras posibilidades es complicado si no entendemos lo que podemos hacer bien. Lo cual no quiere decir que lo que podemos hacer sea lo que ya hayamos hecho. Por ejemplo, si en una disputa entre dos familiares fue mejor no involucrarnos para que ellos no quisieran utilizarnos como aliados o enemigos y así evitar que el conflicto se robusteciera, no quiere decir que en toda disputa (sea entre familiares, amigos o compañeros de trabajo) nos conviene quedar al margen. Para que una acción no sea perjudicial hay que saber a qué contexto se está planeando concretizar. Actuar bien no quiere decir conseguir lo que nos parece bien, pues lo que creemos que nos conviene a nosotros podría afectar a otras personas, ser injusto. Para no caer en la injusticia con apariencia de justicia hay que pensar cuidadosamente las consecuencias de nuestras acciones en nuestra comunidad. 

En sentido estricto no estamos en una comunidad si no hacemos política. Y hacer política va más allá de organizarse para una marcha. Hacer política involucra relacionarnos para vivir del mejor modo posible, lo cual involucra habituarse a actuar virtuosamente. Quizá mediante el diálogo podamos relacionarnos de mejor manera, pero la evidencia actual nos presenta que casi no dialogamos; muchas veces ni siquiera escuchamos a las personas con las que nos relacionamos cotidianamente, no entendemos lo que nos quieren decir, sólo lo que nosotros creemos que están diciendo. Si en nuestras relaciones políticas impera el vicio, la injusticia de la violencia, se va deteriorando la posibilidad de poder vivir en comunidad, nos vamos segregando y cada quien procura el modo de hacer que impere su voluntad mediante la fuerza. Ese es uno de los principales problemas para que la justicia se realice: la violencia. Cuando la política se reduce a una lucha de fuerzas es imposible la justicia. Cuando la justicia es imposible no hay política. La lucha de fuerzas puede darse entre la población y la clase política. La lucha de fuerzas puede parecer justa. 

Fulladosa

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