La joyas en el fuego

 

Las joyas de la boca han pronunciado

amor y pena, miedo y sinrazón.

Nacieron en la mina Corazón

y con razones fue dinamitado. 

La boca descubrió los resultados

del fuego de la experimentación.

No vale de por sí la observación

sin boca que le dé significado. 

Las joyas con el fuego se han labrado

en un mundo plagado de valores

que no nos hace peores ni mejores. 

Las joyas en el fuego se han quedado

para poder mostrarnos los albores

de las razones y de los amores. 

Glauco

El viaje en el tiempo

 

No debimos hacer del calendario

el suelo más seguro y afianzado,

sería mejor que ahí en el diccionario

pasaran el futuro y el pasado. 

El calendario nunca se regresa

y si regresa andamos otro tiempo.

El tiempo sobrevive en la cabeza

porque en el diccionario encuentra cuerpo. 

No hay día que no subsista por la fecha

pero los días se forman en lenguaje. 

La fecha es un papel que se desecha,

la palabra es razón y reciclaje.

El tiempo en el lenguaje se cosecha

y ahí encontramos verdadero viaje. 

Glauco

El verdadero aliento

 

La voluntad se labra en la palabra

cuando al hablar se vuelve volitivo

el oscuro deseo de seguir vivo

y en él la vida misma se nos labra. 

Decimos tanto en tan poco discurso

como vivimos tanto en poca vida.

Por la palabra nunca se suicida

quien habla y al hablar sigue su curso. 

La voluntad de hablar es el sustento

de todo lo vivido en este mundo

sin importar si es vacuo o es profundo.

Es la palabra el verdadero aliento

de vida, de experiencia, de camino,

del hombre que se encuentra en lo divino. 

Glauco

En el idioma

 

Yo no sabría de amor sin el idioma

donde nace la cruz de lo que amo.

En esa antigua cruz es que lo exclamo

y en esa exclamación amor se asoma. 

Yo no sabría mi nombre sin la lengua

y sin la lengua no tendría mi nombre.

Es por la lengua que me digo hombre

y por ser hombre es que mi hablar no mengua. 

Mi idioma es la mitad de lo que siento

y es lo que entre mi mundo hace sentido

a todo lo que soy y que he vivido. 

Mi lengua es la silueta de mi aliento

que dice flor y aparece la flor,

así como en "amor" está el amor. 

Glauco

Obsesión

Duermen mis ansias de decir tu nombre 

entre brasas ardientes de mi anhelo.

Por pronunciarte está mi boca en celo

y en estas ansias dejo de ser hombre. 

Quisiera caminar por tus oídos

y ser el blanco fácil de tu boca.

Me duele esta obsesión que me provoca

a ser tu sueño, corazón dormido. 

Anhelo tu perdón por ser constante

en el buscar tus ojos de atención

divina y natural del corazón. 

Anhelo apaciguar mi ensueño amante

pero también anhelo tu querer,

tu voz y tu misterio de mujer. 

Glauco

En tu nombre

 

Siento el mandato del Edén

en el sabor de mi boca

cuando pienso en tu nombre. 

En tu nombre vives tú

y no te conozco aún

pero puedo pensarte

con todo y tu misterio

y vivir de él.

Siento cómo un enjambre de emoción

me sube por el cuerpo.

Seguro zumba tu nombre 

y allí vives. 

Pasas por el abismo de mis penurias

y las vuelves alegrías.

Tú no lo sabes

y no sé si debas saber.

Eres una mar de aves

cantando ese misterio tuyo:

tu nombre,

donde vives

y donde quiero saber. 

Glauco

Y te estoy buscando

 

Aún no sé cómo vine a encontrarte

en este vasto mundo.

Caminaba, sí, pero no andaba

descubriendo algún rumbo.

Sólo iba y cuando iba

bien sabía que volvería,

o al menos eso creía,

porque ahora

verdaderamente sé

que no quería volver,

que no quería morirme sin saber

lo que es verdadera esperanza. 

Te encontré y así sin más

se me encendió la alegría.

Cada símbolo es sonrisa

por tu causa,

porque te pienso y te siento

como si hubiera nacido para reconocer

que existes en esta tierra.

Aún no daba contigo

y pensé en haber sabido

que no había más que buscar,

pero llegaste,

te paraste frente a mí,

me hablaste,

no me besaste,

me viste, me acariciaste

y te fuiste. 

Hoy camino tras de ti.

Quiero saber de ti. 

Quiero escucharte a ti.

Quiero saber lo que es nacer

hoy, aquí,

en este tiempo nuevo 

donde ya nada

parece hacer falta.

Quiero saber de ti mil veces

y mil veces verte aunque nunca me beses. 

Quiero saber de ti porque me gustas,

porque prefiero creer que caminaba

para por fin encontrarte,

a creer que no hay algo de magia 

envolviéndote. 

Tú me gustas

y te estoy buscando. 

Glauco

De arriba a abajo

 

Las ramas que se bifurcan

van directo hacia el cielo

y lo surcan,

y todo el amor de la raíz

sube en un romántico desliz,

alza el vuelo. 

Volando por los abiertos

campos de viento y nubes

sé que es cierto

que todo lo del subsuelo,

lo del pecho y lo del cielo

siempre sube. 

Siempre que miro hacia arriba

miro el misterio y la boca

está viva

hablando de lo que mira.

Tan fuertemente suspira

y me toca. 

En contacto con mi alma

viene de abajo el amor,

trae la calma,

me sube hasta el infinito

de tu recuerdo bonito:

una flor. 

Glauco

Un gusto conocerte

 

Me ha gustado tanto conocerte.

Te vi y no tuve miedo de perderte;

te vi y tuve certeza de la suerte

que es buena con quien no teme a la muerte. 

Y es que no tengo miedo de perderte

porque yo no soy quién para tenerte,

pero sé que soy quién para buscarte

y solamente a ti quiero encontrarte. 

Me ha dado gusto haberte conocido.

Te vi y quité la vista del olvido;

te vi y puse atención en el sonido

de aquella realidad que no había oído. 

Y es que no tengo miedo desmedido

si tu presencia siempre me hace ruido,

es tu presencia sonido de vida

y tú eres la canción que está escondida. 

Glauco

¿Puedo seguirte buscando?

 

¿Puedo seguirte buscando? 

Quiero buscarte como lluvia rara;

como un cazador que no dispara;

como niño perdido en el mercado;

como anciano por el tiempo olvidado.

¿Puedo seguirte buscando? 

Quiero buscarte como monje fiel;

como niña buscando su clavel;

como lobo con su manada hambrienta;

como bomba que estalla y no revienta. 

¿Puedo seguirte buscando? 

Quiero buscarte como antigua ruina;

como padre cuyo hijo no camina;

como cierva que no tiene escondite;

como a un vagabundo en un convite. 

¿Puedo seguirte buscando? 

Quiero buscarte como bestia en celo;

como el niño ve nubes en el cielo;

como buscan poder para el imperio;

como flores de eterno cementerio. 

¿Puedo seguirte buscando? 

Quiero buscarte como ciervo a Dios;

como banda de jazz primera voz;

como ciego tentón mirando rostros;

como madres buscando viejos monstruos. 

¿Puedo seguirte buscando? 

Quiero buscarte como perro guía;

como busca el suicida un nuevo día;

como pueblo judío por el desierto;

como humano que busca no estar muerto. 

Glauco

Piropo V

 

Se llenaron los campos de amapola

de una llama que todo distorsiona.

Entre el fuego aparece tu persona

y me lleva a otro campo diferente. 

Ese campo te tiene a todas horas

encendiendo una llama que no quema

y que da su calor a mi poema;

eres mi combustible y comburente. 

Eres imagen fresca que me enciende

en los ojos un faro de centellas.

Llueve fuego, también llueven estrellas

donde quiera que miro y tú te encuentras.

Son mis ojos de fuego o llevo fuego

en los ojos a cada que te veo.

Son mis ojos copias de Prometeo

y tú eres el águila que te adentras. 

Glauco

Piropo IV

 

Tengo miedo a lo oscuro de la noche

y por eso te busco a cada instante,

a tu paso y cadencia deslumbrantes;

que me enciendan el ánimo curioso.

Tengo miedo de no volver a verte

y sin verte se quede el mundo oscuro.

Al mirarte es el fuego más seguro

y ya no siento el miedo tenebroso. 

Pero tengo más miedo de que marches

donde nunca la luz ha de encontrarte.

No imagino este mundo sin mirarte

y que enciendas el fuego de mis ojos. 

Da a mis ojos la llama que calienta,

da la luz que me llena de contento.

Sopla el fuego con ese rojo viento

que te sale de aquellos labios rojos. 

Glauco

Piropo III

 

En tu boca proyecto llamaradas 

de mis ojos que miran tus palabras.

Entre fuego y aliento dichos labras

que me invitan a más y más mirarte.

En tu boca se encienden las fogatas

del anhelo de que vuelvas a hablarme,

no me importa que vayas a quemarme

con el fuego que miro al incendiarte. 

Una antorcha en mis ojos ha nacido,

va a lo alto donde todos la miran

y al mirarla, tan como yo, suspiran

y se llenan sus ojos de lumbradas. 

Mas mis ojos se llenan de tu imagen

y los cierro para que no te vayas.

Eres fuego que en mi mirada estallas

y le das a mis ojos llamaradas. 

Glauco

Piropo II

 

Soplan un fuego ardiente mis pestañas,

son el fuelle que cada que te miro

vuelve leña y carbón cada suspiro

y se aviva con ello mi mirada.

En mis párpados arde tu dibujo

como hierro marcando pertenencia

de mis ojos respecto de tu esencia.

Es de fuego mi mirada alumbrada. 

Es de fuego todo lo que te miro,

muslos, hombros, espalda y comisuras.

Es de fuego la mar de mi cordura

y se enciende más cuando tú me tocas.

Es de fuego lo fijo que te veo. 

Es de fuego pasarte de soslayo

y mirarte crecer como de rayo.

Es de fuego tu ser que me provoca. 

Glauco

Piropo I

 

No le dan a mi vista nuevas luces

las auroras del raudo mes de mayo

ni las nubes que ven nacer el rayo,

todo ello sólo me deja ciego.

A mi vista le dan nuevo elemento

las pasiones que tu pasar despierta;

es por ti que mi vista vive abierta

a mirarte con mis ojos de fuego. 

No hay más fuego bailando en la fogata

que en mis ojos mirando cómo danzas.

Es mi vista pirética esperanza

de que sientas y sigas este juego.

Es tu imagen belleza combustible,

es el mundo dulzura comburente.

Yo te vi pasar entre tanta gente

y encendiste en mis ojos ese fuego. 

Glauco

El mar

 

Espero tu regreso

como se espera el mar que nos agita.

De ese mar estoy preso,

mi piel lo necesita.

El mar en mi necesidad habita. 

Glauco

Al tacto

 

Yo hablete con la boca

y tú me hablaste tanto con las manos.

La palabra no toca

a todos los humanos

ni deja entre las manos sello llano. 

Me agrada tu silencio,

más me agradan las lenguas de tu tacto.

El tacto es el comienzo

de quien tiene contacto

entre el mundo y el pensamiento intacto. 

Glauco

La mirada

 

La mirada nos lleva

de la memoria a la imaginación.

La mirada se eleva

hasta darnos razón

de que vemos con mente y corazón. 

Glauco

La araña

 

He visto en una esquina

de mi alcoba a una araña hacer su nido.

Ya casi lo termina

y no sé si ha querido

que tenga ese semblante indefinido. 

Puedo ver a la araña

y no parece que le importe mucho

si la higiene la daña

(plumero debilucho);

vivir sin importar es lo que escucho. 

Glauco

Vivir bien

 

Del galáctico fondo

de mi entraña tallada en el Edén

brota un sueño muy hondo

de vivir para el bien

aunque no sepa nunca para quién. 

Quiero vivir contento

en las venas del mundo por venir.

Ser en cada momento

un esclavo y visir

de quien sabe muy bien cómo vivir

Confusiones

 

Resplandor y reflejo

suelen ser gratamente confundidos

al mirarse al espejo.

Pobres de los sentidos,

se engañan para ver lo que han querido. 

En justicia y venganza

suele haber una impropia confusión.

Se confunde esperanza

con deseos y pasión,

creyendo que está bien la destrucción. 

Ser amante y amado

suele ser impíamente confundido.

El amante ha quedado

al amado fundido

y el amor verdadero no ha nacido. 

En vivir y en la vida

suele haber una vacua confusión.

La sangre de la herida

no es la del corazón.

Vivir la vida es la fascinación. 

Glauco