miro apuntar los cipreses
hacia el cielo, muy arriba,
donde la muerte está viva.
A veces, cuando sonrío,
siento la canción del río
fluyendo cual las arenas
del tiempo y las cosas buenas.
A veces, cuando recuerdo,
en el presente me pierdo
y miro a los que he perdido,
con los que sueño dormido.
A veces, en el reflejo
de este mundo tierno y viejo,
siento que todo me pesa
porque tu ausencia me besa.
A veces, tras los pirules,
me hablan los cielos azules
de que tú vives ahí
desde que ya no te vi.
Y a veces tan sólo sigo
sintiendo que estás conmigo,
mas siempre pienso en tu vida.
Tu vida no se me olvida.
Glauco