después de degradarse entre la muerte
y la vida, en mil partes (polvo inerte),
después de someterse entre las brisas…
Se acaban los espasmos y te atizas
hasta ser ave nueva que convierte
las cenizas en una llama fuerte
(en mil partes renacen las sonrisas).
Del fuego, punición de Prometeo,
renaces al igual que sus entrañas
y no te vas, no mueres, no nos dañas.
Te miro mas no sé muy bien que veo.
Si mueres y al morir has renacido,
¿dime, por Dios, qué miras en tu nido?
Glauco