cuando cantar es la forma
de inhabilitar la norma
que mitiga la sorpresa
del amor en el que besa
la boca, el deseo y el viento.
Me pesa porque el aliento,
ya convertido en canción,
me desgarra el corazón
como un huracán hambriento.
Sin embargo, es la canción
donde la lágrima sana
y se convierte en hermana
de la reinterpretación
del mundo, con tal pasión
que en nosotros se desliza
el huracán vuelto brisa.
Y ya no hay hambre que valga
sólo nos queda que salga
la lágrima de la risa.
Glauco